Lámpara sin luz, novela policiaca del escritor Arturo Trejo Villafuerte, quien a largo de sus 13 capítulos narra una trama sencilla que dibuja a un hombre solitario que vive de los recuerdos y un pasado ilusorio; con tramas de investigación propia de un detective que se dedica a rastrear, perseguir y hacer justicia, fue presentada como parte de las acciones que lleva a cabo el Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal (CEAPE).

                          El texto inscrito en la colección Letras, de la serie Summa de días, del Fondo Editorial del Estado de México (FOEM), es una novela negra con guiños literarios para enterados y neófitos, que narra la historia de Conrad Sánchez, un mexicano que, durante una borrachera, se enlista en el ejército estadounidense para ir a la guerra de Vietnam; al regresar, se afilia a la Agencia de Detectives Pinkerton y, pese a que su verdadera vocación es la de poeta, se dedica a rastrear, perseguir y hacer justicia en la Ciudad de México.

                          En la presentación, que se realizó en coordinación con el grupo literario Tunastral, el autor señaló que el investigador privado Conrad, entre recuerdos bélicos y memorias de su infancia, relata uno de sus casos: el rapto de una joven estudiante, cuya búsqueda lo conducirá a descubrir una organización criminal donde políticos, líderes charros e intachables caballeros defensores de la moral, están involucrados.

                          Arturo Trejo Villafuerte comentó que Lámpara sin luz es una novela de 13 capítulos, con  una trama sencilla: la desaparición de Marcela Leticia, pretexto para que el personaje exhiba su vida, sus gustos etílicos, musicales y literarios, así como sus forcejeos eróticos, que se quedan casi siempre en la imaginación y el deseo.

                          El autor nos dibuja a un hombre solitario que vive de los recuerdos y de un pasado ilusorio, pues, como afirmaba Borges, “no somos capaces de cambiar el futuro, pero sí el pasado”. Sus únicas satisfacciones, como las de los detectives clásicos, descansan en que el enigma fue descifrado. Y para hacer esta vida más soportable se alimenta de música, alcohol y literatura.

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