Caracterizado
por el prodigio de la naturaleza, el Parque Nacional "Miguel
y Hidalgo y Costilla", mejor conocido como "La Marquesa",
constituye uno de los atractivos más importantes y concurridos
del Estado; durante todo el año y en especial los fines de
semana, recibe a miles de visitantes que acuden a realizar diversas
y agradables actividades al aire libre.
A la mitad del camino entre la ciudad de México y Toluca se
encuentra esta zona boscosa, cuyo ecosistema es muy importante por
sus bosquees, valles, peñascos, pastizales, arroyos y montañas
de alturas diversas, algunas de las cuales llegan a alcanzar los cuatro
mil metros sobre el nivel del mar.
El parque abarca una superficie de 1836 hectáreas de pino,
oyamel y cedro, característica que lo convierte en uno de los
más bellos escenarios naturales de la entidad. A este atractivo
se aúnan significativos hechos históricos que enriquecen
su patrimonio; aquí, durante la guerra de Independencia se
llevó a cabo la Batalla del Monte de las Cruces, entre las
fuerzas insurgentes al mando de Don Miguel Hidalgo y los realistas
comandados
por Torcuato Trujillo, con el triunfo de los insurgentes el 30 de
octubre de 1910.
Cuenta con varios atractivos culturales tales como: la Estación
Piscícola "El Zarco", cuyo edificio data de la época
colonial y formó parte de la hacienda de las Cruces o La Marquesa
construida en 1532 por la marquesa Doña María de Zúñiga,
esposa de Hernán Cortés, título nobilario que
dio origen al nombre del parque. La hacienda fue durante la colonia
importante productora de aguardiente y aún se conserva el acueducto
y una fuente china de aquella época.
Actualmente la construcción alberga las instalaciones del CONALEP,
en donde se procrea y conserva la trucha arcoiris, criadero que puede
ser visitado, previo permiso; el singular "arco de bienvenida"
a viajeros que entraban a la entidad por la antigua carretera México-Toluca,
mismo que data de 1942; el obelisco que conmemora la Batalla del Monte
de las Cruces con los monumentos de Santos Degollado y Leandro Valle,
así como un conjunto de esculturas ecuestres de Don Miguel
Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y Mariano Jiménez.
Sus principales planicies, son conocidas hoy con los peculiares nombres
de "Valle del Silencio", "Valle de las Monjas",
"Valle de la Amistad ", "Valle del Conejo", "Valle
de Salazar", entre otros, los cuales resultan idóneos
para montar a caballo, pescar, pasear en motocicleta, practicar el
ciclismo de montaña y realizar comidas campestres. La Sierra
de las Cruces encierra una multitud de parajes y miradores naturales,
grandes crestas y picachos de diversas formas, farallones de varios
colores, unos rojizos, otros amarillentos y rosados. Las elevaciones
más significativas son: Las Peñas Barrón, el
Tepehuisco, Tres Peñas, Las Palmas y Peña Torcida, ideales
para la práctica de alpinismo, rappel y excursionismo.